Desde que los barceloneses lo llamaban
barrios bajos, es decir, desde sus orígenes como lugar habitado
dentro de la trama de la ciudad, y hasta el presente en que perdido
el nombre que lo hizo conocido en todo el mundo forma parte del
Raval, el barrio chino siempre ha llevado aparejado, ocioso es
decirlo, una gran oferta de sexo mercenario.
El tratamiento poco eficaz contra
sífilis y gonorrea que convertía a los infectados en enfermos
crónicos; la prevención de las prostitutas a visitarse en el
dispensario municipal de sanidad por el temor a que una consulta
médica derivase en un internamiento forzoso en el Hospital de la
Magdalena (1) de lo que se seguía que un porcentaje de prostitutas
enfermas continuaba trabajando; el desconocimiento de las vías de
contagio de la sífilis (hasta que en 1905 se detecta el treponema
en el fluido orgánico de un enfermo, se ignoraba la causa de la
enfermedad); la gran oferta de sexo del barrio, todo ello llevó a
una alta demanda de los servicios de las clínicas de enfermedades
venéreas o como decía algún anuncio, enfermedades secretas.
Clínicas que durante el primer tercio
del siglo, que es el periodo de tiempo que más interesa a este blog,
disponían de un arsenal terapeútico limitado para tratar las
enfermedades venéreas más usuales, sífilis y gonorrea. Faltaban
años para que el descubrimiento de la penicilina se tradujese en una
incorporación del antibiótico a la gavilla de tratamientos contra
la sífilis. La sífilis se trataba con mercurio, poco eficaz y muy
tóxico, y desde 1910 con Salvarsan (2).
Para la gonorrea eran usuales los
lavados con permanganato de potasio o las cauterizaciones con nitrato
de plata. Tratamientos dolorosos amén de poco eficaces. Hay un
capítulo escalofriante en Los Thibault del premio nobel de
literatura Roger Martin du Gard. El hermano mayor de la familia
Thibault, que es médico, trata con nitrato de plata la gonorrea de
un alto funcionario de estado, y a pesar de la anestesia previa con
cocaina, el hombre sufre lo indecible. Yo leía la novela y se me
encogía hasta un punto sorprendente aquel órgano corporal que en la
novela es cauterizado con el nitrato de plata.
Junto a las clínicas de enfermedades
venéreas, en el barrio chino se encontraba una oferta generosa de
otros establecimientos destinados a impedir o a paliar las
consecuencias no deseadas de los lances venusinos. Las tiendas de
condones, por lo general llamadas gomas en los anuncios. Las
farmacias que vendían apiolina para favorecer la menstruación,
incluso si la mujer estaba embarazada. Con frecuencia, todos estos
servicios, diagnóstico, asistencia médica, preservativos,
irrigaciones a las embarazadas se ofrecían en el mismo local. Había
farmacias que proporcionaban gomas, vendían la apiolina y en la
rebotica aplicaban lavados o irrigaciones.
Anuncio en La Farmacia Española. 1917
Los proveedores de servicios para
cubrir las variadas demandas que generaban las enfermedades de
transmisión sexual, se encontraban en todo el casco viejo, también
en otros puntos de la ciudad, pero la mayor concentración tenía
lugar en el por llamarlo de algún modo campo de batalla.
Relaciono las clínicas,
establecimientos de gomas y aquellas farmacias que se anuncian
ofreciendo alguno de los servicios anteriores en el barrio chino.
Entendiendo barrio chino en un sentido
más amplio del que tuvo en la preguerra. El trapecio comprendido
entre el Portal de Santa Madrona, Paralelo, Rambla de Santa Mónica y
Conde del Asalto, lo que podría llamarse el barrio chino canónico,
lo extiendo hasta la calle del Hospital que recoge tanto la zona que
conocemos como el barrio chino de antes y el de después de la
guerra. Los locales de sexo ya se encontraban en los años veinte y
treinta del siglo pasado en varias de las calles del barrio chino de
postguerra, San Ramón, Unión y Barbará, Robador, San Olegario, si
bien no con el vuelo que tomaron tras la guerra.
Extiendo la pesquisa a la zona citada,
pero como siempre durante el periodo anterior a la finalización de la
guerra civil. En lo que conozco, indico año del que se tiene
constancia de la actividad del establecimiento.
-La Japonesa. Arco del Teatro, 1. (año 1924 a años sesenta). De La Japonesa hablamos aquí: La Japonesa
-Antigua Farmacia Catalana. Arco del Teatro, 24 y Este, 20. (año 1908). Curación de enfermedades secretas. Prontitud y economía.
Calle Barbará.
-Dr. Motilla. Barbará, 16. (año
1933 ). Venéreo y sífilis.
-La Especial. Barbará, 24. (año
1932). La Especial alardea en sus anuncios de prensa de ser la única
casa en Barcelona que enseña un procedimiento infalible para
comprar preservativos y el modo de usarlos para no enfermar. Lo que
ahora llamaríamos un tutorial.
Calle del Cid.
Las dos casas de gomas que conozco
están frente a La Criolla, a uno y otro extremo del local.
-Siempre Alerta. Tocando a la calle
Peracamps. (año 1934).
-La Holandesa. Cid, 11. (año 1932). Cerca de la esquina con la calle de la Mina.
1932. Frente a La Criolla, se ve un letrero perpenticular a la pared donde se puede leer GOMAS. Muy probablemente se trate de La Holandesa.
-Clinica Fontova. Conde del Asalto, 4 (año 1932). Tratan blenorragia (y garantizan su curación. Eso es poderio, máxime cuando en la fecha del anuncio no se conoce un tratamiento resolutivo). También tocan la avariosis (uno de los nombres de la sífilis).
-Clinica Barcelona. Conde del Asalto, 7. Drs Paituvi y Gisbert. Enfermedades venéreas. No conozco los años en que se mantuvo operativo el establecimiento.
-Clínica Dr. Torra Bassols. Conde del Asalto, 8 (año 1929). Males secretos.
-Clinica Dr. Gallego. Conde del Asalto, 18 (años 1910 a 1932). Ya en 1910 utiliza el 606.
Año 1910.
-Instituto Medical Dermatológico y
Electrotécnico del Dr. Lamarca Piñol. Conde del Asalto, 23 (año
1923). Enfermedades secretas.
-Farmacia Paradell. Conde del Asalto,
28 (años 1914 a 1931). Las purgaciones (blenorragia) no resisten
a los tratamientos Paradell. Las cabras (ladillas) exterminadas.
Lavados.
-Consulta médica. Conde del Asalto,
36 (año 1931). Curación radical de la sífilis con el método
Fournier-Danforth (ni idea del método).
-Clinica Universal. Conde del Asalto,
68 (año 1938). Sífilis. Purgaciones. Curación radical por un
método electro-medico al que llaman ionización permanganica.
-Clinica La Corona. Conde del Asalto,
95 (años 1928 a 1938). Enfermedades venéreas.
Impotencia. Gomas higiénicas
alemanas.
Calle Espalter
-Gomas La Mundial. Espalter,
6 (años 1925 a 1934). Calcetines reforzados para un solo pie. Por
otro lado, es la única casa en España con un seguro contra rotura.
¿en que consiste el seguro? En un lavaje en el caso de que se rompa
el preservativo.
Calle Hospital
-Farmacia Minerva. Hospital, 70
(años 1933 a 1935). Lo usual, tratamientos novedosos y radicales
contra la blenorragia. Impotencia. ¡Camaradas!Si eres lector de
Solidaridad Obrera, presentando un recorte del anuncio inserto en las
páginas del periódico, se te hace un descuento.
Calle del Portal de Santa Madrona
-Gomas higiénicas La Alemana.
Portal de Santa Madrona, 8 (1935). Los preservativos se venden por
gruesas, por docenas y por unidades. Los hay lavables y reforzados.
Calle Robador
-Gomas La Cosmopolita. Robador,
43 (1929). Preservativos, liquido y polvo para ladillas. Se venden
cigarrillos Saphir que por el contexto en que se publicita (y porque
cigarrillos los ofrecen otras casas de gomas) ha de tratarse de un
tratamiento para alguna venérea. Pero no consigo información sobre
los cigarrillos para tratar (en mi hipótesis) las enfermedades secretas.
-La Bola de Oro. Robador, 47 (1929
a 1935). Se cuenta,
que el dueño del establecimiento, homosexual, en ocasiones
terminaba el lavado del cliente asustado con el riesgo de haberse
contagiado, por medio de una felación. Como lo cuentan lo digo,
aunque me parece una anécdota propia de una leyenda urbana. En 1935,
el Colegio de Médicos de Barcelona sanciona a una persona del local
de nombre Joan Vaquer a una multa de 250 pta por intrusismo
profesional. Puede que se trate del dueño y en tal caso, seria la
persona sobre la que recae la sospecha de actuar felatoriamente con
sus clientes.
Butlleti del Sindicat de Metges de Catalulnya. Octubre de 1935.
Calle de San Olegario
-Gomas La Normanda. San Olegario,
22 (1932). Comercializan las gomas alemanas Krup, suaves como un
guante.
Calle San Pablo
-Clinica Fargas Pellicer, antes
conocida como Farmacia Inglesa. San Pablo, 18 (1922 a 1935). Lo
usual, venéreas.
1922
1935
-Instituto Uro-Dermico del Dr.
Montaña. San Pablo, 28 (1922). En el mismo edificio, en 1927 se
anuncia el Dr. R. Domingo. Ambos tratan venéreas.
Tras el organillero, en el chaflán, se aprecia la entrada al número 28 de San Pablo.
Clinica Oriental o Gran Clínica
Oriental (según el anuncio). San Pablo, 53 (1925 a 1929). Todo tipo
de venéreas, impotencia, lavados, gomas. Se ofrece entrada reservada
en la clínica por escalerilla propia si no se quiere perder la
intimidad.
Clínica Casa de Salud. San Pablo,
66 (1931). Venéreas. Se aplica el 606 y el 914.
-
Calle de San Ramón.
La Mascota. San Ramón, 1 (1923).
La que se anuncia con los dibujos más interesantes en la prensa de
Barcelona. Quizá porque su propietario era Ramón Ballesté i Ferre,
dibujante de Papitu y La Tuies. La tienda dedicada en
exclusividad a la venta de preservativos y polvos para ladillas.
Un familiar de Ramón Ballesté tiene un
blog de lo más interesante en homenaje a su abuelo. Aquí: La Mascota
Papitu. Calendario. 1932.
La Ideal. San Ramón, 29 (1929 en
adelante). Gomas, cabras, lavados.
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(1) – Hospital de la Magdalena.
Sifilicomio inaugurado en 1923 y fruto del empeño del general
Martinez Anido por dotar a la ciudad de una institución cerrada
donde las prostitutas enfermas fuesen atendidas y su problema de
salud resuelto.
(2) – Salvarsán, un derivado del arsénico ideado por Ehrlich. También conocido como 606 por tratarse del compuesto número 606 de las tentativas del laboratorio de Ehrlich por encontrar una cura a la sífilis. Antes del 606, Ehrlich experimentó con 605 preparados distintos. Eso es constancia y eso es tener una idea claro de lo que buscas, como hallarlo y no rendirse ante los fracasos.
Pues maravillada con tu blog José March, es el modo de matar las horas muertas entre una clase y otra( ya me queda poco a leer! )
ResponderEliminarCom filla de catalans que soc, estimo i molt BCN, una salutació
Muchísimas gracias por tu comentario.
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