Fotografías de la entrada a la calle de Cirés a través del arco que se abría entre Conde del Asalto/Nou de la Rambla y Cirés.
Casas i Galobardes. Años veinte/treinta. ANC.
Casas i Galobardes. 1930
Branguli 1939-42. Entrada desde Conde del Asalto.
Branguli 1939-42. Vista desde Cirés
Arco de Cirés, o Cirés, fue una de
las calles del barrio chino. Al igual que sucede con la calle
Mediodia con la que cambiaba su nombre en el punto conocido como las
cuatro esquinas, nada queda de ella, sepultadas ambas por la avenida
Atarazanas.
Una calle estrecha, sucia, corta a la
que se accedía a través del tunel del Arco de Cires que la
comunicaba con Conde del Asalto. Una calle que desde la mañana y
hasta la caída de la tarde tenía el espacio público ocupado con
paradas callejeras de frutas y verduras, un mercado callejero donde
las gentes del barrio chino se abastecían de alimentos. La parte
trasera del número 57 de Conde del Asalto se abría a la calle de
Cirés, y desde el balcón del segundo piso del inmueble, Casagemas,
el pintor amigo de Picasso, tendría una inmejorable vista del bullir
del barrio chino.
Picasso - Retrato de Casagemas. 1900-01.
No era muy saludable vivir en Arco de
Cires, y no me refiero con ello a la circunstancia de ser con
frecuencia -Victor Balaguer a mitad del siglo XIX dice que es
conocida como calle de las barallas- un lugar donde se dirimian
desencuentros a navajazos. Cuando aparece Cires en la prensa de la
época, por lo general es a causa de una pelea en donde uno de los
contendientes ha tenido que ser trasladado al dispensario de la calle
Barbera para que le zurzan el costurón que le ha hecho su rival con
una navaja. Cuando no son las peleas, lo que hace asomar el nombre
de la calle a un periódico es la noticia de una multa con la que se
sanciona a algún establecimiento de comidas por servir alimentos en
mal estado, o también como una de las calles que aparece en las
estadísticas que durante el primer tercio del siglo pasado señalan
que las calles del barrio chino tienen una mortalidad que multiplica
la del resto de calles de la ciudad. En Cires, también en el resto
de calles del barrio chino, se muere mucho más que en el resto de
zonas de barcelona por enfermedades infecciosas. El hacinamiento, el
mal estado de las viviendas, la comida en mal estado y en poca
cantidad, el frio del invierno, el sentimiento de haber llegado al fondo de mucha gente vencida, todo ello influye en un estado personal favorable a la proliferación de gérmenes.
Despres - 27 de julio de 1935. Porcentaje de muertos por enfermedades infecciosas y contagiosas en el conjunto de Barcelona y por inmuebles. La flecha señala la mortalidad en varios edificios de la calle ´Cirés. Un 250% más alta que en el conjunto de Barcelona.
Una de las peculiaridades de las
agresiones que se producían en Cirés, es que el agresor siempre era
un desconocido y el agredido ignoraba de quien se trataba y a santo
de qué le habían dado una puñalada. Otra cosa no tendrían pero
había una solidaridad entre los humildes que les llevaba a cerrar filas ante
los agentes de la autoridad. Ya se encontraría el herido con ese
desconocido agresor en otro momento y ya veríamos que cuentas se
saldaban.
La Vanguardia - 17 de octubre de 1923. Una mujer a la que no conoce e ignorando el motivo, le pincha en el hipocondrio, o sea que iba buscando el corazón.
Cires, Mediodía, Arco del Teatro, Cid,
calles que inspiraban un sentimiento de fascinación entreverado de asco
a los burgueses y también a los ciudadanos progresistas. En las
reflexiones escritas sobre el interés de que se abra la vía B del plan Baixeras entre Muntaner y el Portal de la Pau, tras las
disquisiciones sobre la mejoría higiénica que supondrá la apertura, se trasluce -y a veces se expresa
sin paliativos- que lo que se quiere eliminar es lo que llaman
invertidos, viciosos, drogadictos y delincuentes. Gente en su mayoría
de una piel más cetrina de lo usual en Barcelona, venida desde el sur de la península a rebufo de la necesidad que las industrias de Cataluña tienen de más brazos.
No hallaremos en Cirés cabarets o
salas de espectáculo o cualquier otra modalidad de locales de ocio
exceptuando las tabernas. Claro que en ninguna de las calles del
barrio chino (del cogollo del barrio chino, las calles que delimita
el poligono formado por Conde del Asalto, Ramblas, Portal de Santa
Madrona y Paralelo) hubo salas de fiesta. No me olvido de La Criolla,
Cal Sacrista, la Taurina o el Villa Rosa. Los que cito fueron los
locales que abrieron o se abrieron para sectores marginales de la
sociedad. En unos casos, La Criolla, Cal Sacrista, los homosexuales
de los primeros decenios del siglo pasado se protegieron de la moral
imperante y de las normas legales en locales del centro del barrio
chino, y en los otros, la gente del bronce oía tocar y bailar
flamenco. Ambos, homosexuales y gitanos, grupos a los que la
sociedad rechazaba y aislaba en guetos. Cosa distinta es que con los
años, la burguesía catalana llegara a apreciar el punto de emoción que
causaba visitar los locales que menciono y se llenaran de gente, pero
eso fue en una segunda fase. Las salas de fiesta, las taxi girls,
los teatros, los cabarets estuvieron en
otras calles. En Arco de Cires, y en el resto del barrio chino, a lo sumo se
proporcionó la clase de tropa para esos otros locales.
Quizá la persona más relevante de
Arco de Cirés fue el boxeador Antonio Valero que con sus triunfos
llenó de orgullo a sus convecinos. Los habitantes de la calle salian a festejar con gritos cada
una de las victorias de su campeón Antonio Valero
En Arco de Cires, encontramos el mismo
tipo de locales que en el resto de calles. Con un tropismo por los
ropavejeros. Está la familia Cuende, que tiene otro local en Arco
del Teatro, pero hay varios más que se dedican al negocio de comprar
y vender ropa usada. De la mayoría de establecimientos no hay
información. Tabernas, carnicerías, carbonerías que aparecen y
desaparecen y no dejan huella.
Arco de Cirés. Establecimientos comerciales
Números impares
1. Trapería de García Soria
(1924-1936). Como siempre, coloco los años extremos en los que
encuentro información del establecimiento.
De vez en cuando García Soria aparece
en la prensa, detenido por haber encontrado la policía armas en su
trapería o por compra-venta de material que sugiere un robo previo.
3. La Viña de Gelida, taberna.
Especialidad en caracoles y pescadito frito (1929).
El Diluvio - Abril de 1929.
9. José López, profesor de contrabajo
y saxofón (1930).
15. Carbonería (1918).
Legumbres cocidas "La
Conca" (1920).
Números pares
2. Carpintería de Solá Pla (1936). En
uno de los pisos del inmueble Pedro Cardona, profesor de música
imparte lecciones de trombón y bajo (1930).
6. Tienda de pesca salada (1926).
Narciso González, profesor, como el del número 2, de trombón y
bajo (1930).
10 Taberna "A Can Llorenç"
(1920).
Bar de Pedro Juliá (1929).
Taller de relojería de'l "obrero" de Pascual Lozano (1932).
El Diluvio. Abril de 1929
12. Vaquería de Juan Cot (1908)
14. Colmado Ramos (1934).
16. Carnicería (1924).
18. Compra venta de ropa usada "La
Universal" (1911-1932). Una de las tiendas de la familia Cuende.
La otra tienda, dedicadas ambas a la misma actividad, "El Arco
Iris", se encontraba en el número 26 de Arco del Teatro. En
1911, los hermanos Pablo y Pascasio tuvieron sendas traperias a lado
y lado de la calle, a tocar de las cuatro esquinas,
en los números 18 y 15.
Esquella de la Torratxa. 1932
Ya en los números 18 y 15 termina la
calle que desemboca en las conocidas como cuatro esquinas.
La segunda foto parece más antigua que la primera. En la primera, las aceras están pavimentadas con baldosas de cemento prensado, con el mismo diseño de cruz y cuatro círculos que aún se utiliza. En la segunda, parecen pavimentadas con losas.
ResponderEliminarGracias por la observación, David. Me es difícil llegar a una conclusión porque la calidad de la imagen no permite ver con claridad como son las losetas de la acera. Si agrando la imagen me parece "percibir" en esa segunda imagen, con todas las comillas e interrogantes del mundo, baldosas con el dibujo de la rosa de Barcelona, pero puede que sea una imagen que forma mi cerebro sin base real. Continuaré mirando. Muchas gracias.
ResponderEliminarDe nada. Me encanta el blog. Lo encontré buscando fotos de las calles desaparecidas al abrir la Rambla del Raval. Especialmente, de la calle de la Cadena, que estaba muy cerca de casa de mi abuela. Es más fácil encontrar fotos de Rajoy vestido de lagarterana que de esas calles.
EliminarEste blog debería declararse patrimonio de la ciudad.
Eso, eso... patrimonio de la ciudad. Jajajaja. Gracias de nuevo por tu desmedido comentario.
EliminarY tanto que es un blog fenomenal. apreciado JOSE, lo que dice David Losada, es la pura verdad.
ResponderEliminarEres un crak, y que minucioso eres al hacer tus post, con unas fotos y una información detestivesca y en resumidad cuentas, fantástico.un abrazo y BFDS.
burbujitas en el estómago con tus comentarios. Un gran abrazo, Mª Trinidad.
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