Hay un cuento corto de Hemingway titulado "La capital del mundo" que
transcurre en una pensión de Madrid frecuentada por toreros de segunda fila. El
cuento culmina con la muerte de uno de los
jóvenes empleados del establecimiento mientras practica lances del
toreo con otro de los empleados de la pensión. Para hacer más parecido el juego
al toreo con un astado, habían decidido atar dos cuchillos de cocina a las
patas de una silla que usaba como cabeza
del animal el que hacía de toro. Muere uno de ellos desangrado por la herida
en el abdomen que le causa la herida de uno de los cuchillos. El cuento se
publicó en junio de 1936 en el Esquire.
No conozco las fuentes en las que se inspiró Hemingway para
su cuento pero no es imposible que en su génesis algo tuviera que ver lo que sucedió en la calle del Cid en agosto de 1927 y cuentan las
crónicas judiciales.
En un local de la calle del Cid del que los plumistas que escriben del
suceso desdeñan dar el nombre, andaban jugando al toro José Carigt Sererols y su amigo Nicanor Palmero. Carigt que hacía de
toro se había colocado dos navajas a
lado y lado de la cara. En uno de los giros, hirió en el hipocondrio a Palmero de una herida que resultó mortal. Los testigos afirmaron que ambos se encontraban algo bebidos.
El local pudiera ser La Taurina, en Cid 8, a tocar de La Criolla. Era frecuentado por amantes del toreo y sus paredes estaban llenas de carteles de corridas de toros. En La Taurina, Sebastia Gasch veía bailar a una Carmen Amaya de 12 años.
Sebastia Gasch - Destino - noviembre 1954
Muchas divagaciones.
La Taurina, calle del Cid 8. Fotógrafo: Casas i Galobardes
La Taurina. Desconozco el fotógrafo
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